top of page
  • Facebook
  • Instagram
  • Spotify

Las versiones que quedan por integrar.

Actualizado: 12 ago

Hace unos días estaba por terminar una cuarentena de meditación que me desafió muchísimo. Desde que elegí cuál sería la práctica, sentía que quizás no podría terminarla… Tal cual, un miedo irracional, como si nunca antes hubiera sostenido una práctica así. Esa resistencia me dejó mucho que pensar.


Durante esos cuarenta días, venían a mí memorias de otras versiones de mí misma. Unas —me di cuenta— con las que no estoy del todo en paz. Al mirarlas, siento incomodidad y rigidez en el cuerpo. Esas sensaciones me recordaron que ya me había sentido así al observar esa etapa de mi vida. En muchos momentos, la miraba como si fuera algo ajeno a mí, como si el tiempo se hubiera congelado y se hubiera quedado atrapado en esa parte de la historia.


Y ahora veo que no se quedaron atrás. Están silenciadas, esperando ser nombradas y reconocidas. Versiones que sienten que amaron de más, que se resistieron cuando ya no era necesario, que se silenciaron y se hicieron pequeñas porque, en ese momento, no podían lidiar con todo el embrollo de emociones y situaciones.


Y me pregunté: ¿por qué, si creo que todo mi pasado me ha ayudado a estar donde estoy hoy y ser quien soy, no quiero ver esas versiones?


Creo que hoy me toca permitir que esa yo que fui una vez —que quizás aún tiembla, que quizás aún se siente abandonada— pueda volver a sentarse a la mesa sin tener que justificarse, y también se sienta orgullosa de cómo evolucionó.


Hoy pienso que es un acto de amor y respeto.

Es decir: yo también fui tú. Y no te niego. Y no te abandono.


Es abrir el corazón a esa mujer confundida, que dudó de sí misma y sintió miedo.

Integrar es recordar que ninguna parte de mí está rota, ni errada, ni fuera de lugar.

Es volver al cuerpo.

Sentir el eco.

Sostenerlo con ternura.

Darle nombre.

Y después, dejar que respire junto a mí, no detrás.


Porque en el fondo, todas esas versiones tienen algo que contarme. Y no puedo crear lo nuevo si me olvido de ellas.

Son memoria.

Son raíz.

Son la tierra desde donde florece lo que estoy siendo ahora.

 
 
 

Comentarios


bottom of page